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Una fuente de las emociones negativas que se suceden en los celos son los pensamientos.

 

En ella podemos observar como Richard pasa de un estado emocional de tranquilidad a la ira por causa de los celos y los pensamientos que él mismo se genera.

Lo primero necesario para trabajar con los pensamientos que nos provocan las sensaciones de celos es identificarlos. Muchas veces no nos damos cuenta de lo que estamos pensando. Un truco para esto es utilizar las emociones como alarma que nos indica que debemos revisar nuestros pensamientos. Cuando detectes que estás celoso párate y piensa.

 

 

Una vez identificados los pensamientos es necesario cortar su flujo. Algo que es realmente útil es buscar evidencias de si lo que estamos pensando es verdad ¿Qué pruebas tengo que sustenten que lo que me imagino o pienso es real?

Por último es necesario generar otro pensamiento más realista y positivo que sustituya al anterior.

Siguiendo el ejemplo de antes podríamos aconsejarle a Richard que se preguntara ¿Qué evidencias tengo de que lo que me imagino que está pasando está realmente pasando? Una vez que se dé cuenta de que no tiene ninguna evidencia que sostenga lo que piensa, debería genera un pensamiento alternativo del tipo: No hay nada por lo que yo pueda afirmar que mi mujer me está siendo infiel.

Un nivel más profundo en la estructura cognitiva de las personas que se encuentra por debajo de los pensamientos son las creencias. Estas creencias son interpretaciones profundas de las que las personas frecuentemente no tienen clara conciencia, suelen desarrollarse en la infancia y consisten en interpretaciones de sí mismo, de las otras personas y del mundo. Son las justificaciones que en muchos casos hacemos de nuestras conductas.

Nuestros pensamientos emergen de nuestras creencias y a veces cuando intentamos modificar un pensamiento no somos capaces porque el nuevo pensamiento que generamos choca con nuestras creencias y no nos le creemos.

Surgen de nuestro aprendizaje, de nuestras heridas, de nuestras vivencias y tienen que ver con la autoestima, con lo que se debe y no se debe hacer.

Una buena metáfora para explicar un esquema del funcionamiento cognitivo del ser humano es un iceberg. La parte que asoma por encima del nivel del mar sería los pensamientos y la que se encuentra por debajo serían las creencias.

Las creencias también pueden ser modificadas. Aunque para eso hace falta terapia. Si has intentado modificar tus pensamiento y no lo consigues tal vez sea una buena idea plantearse iniciar un proceso terapéutico. 

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